martes, 7 de julio de 2009



Oscuro amanecer entre las sábanas que ayer desiertas se mojaban de lágrimas de soledad.
Girar los ojos buscando repetidamente lo mismo.
El teléfono sigue sonando y sin ganas de atender, me enrosco lentamente en esas pesadas frazadas del olvido.
Alocadamente el ronroneo del teléfono continúa con la búsqueda de mi voz.
Atiendo, y es él.
Las palabras llenas de sinsentido y de amistad muerta corrían por las arterias de la comunicación, hasta que al fin, finalizó.
Intente volver a dormir, pero mis sueños interrumpió, rompió y entretejió, mezclándoseme una vez mas entre sueño, deseo y realidad.
Agonice unas horas mientras se iban de mí sus palabras, hasta irse por completo y otra vez, morir.
El día continuó tácito y aburrido.
Enrarecida de amor me continué hasta nuevamente, escuchar tu voz, unos meses después.

1 comentario:

Coty dijo...

me re guto! je