martes, 9 de septiembre de 2008

Aversión al amar

Quiere sentirme nueva. Un llamado la motiva, enciende un cigarrillo en el mismo instante en el que sube el volumen del tango que suena en el equipo de música. Casi a punto de sentirse enamorada, un mensaje nuevo en el móvil, le anuncia una noche de acción colmada de dulzura, conquista y mucha de esa picardía que la colma tanto. Al fin iba a fenecer el sufrimiento, el duelo indestructible que se pensaba.
Ansiosa camina hacia el trabajo, ordenó todo para luego desordenarlo, limpió azulejos para luego encontrar algún vestigio de la noche que le espera.
Su ausencia, las horas que no pasan, y el deseo que la congela de miedo al sentirse traicionera por querer amar de nuevo.
Finalmente, llega a su encuentro, y la euforia del momento se convierte en un sucio pensamiento de traición y engaño, personificándose al fin, en una bestia frígida y hermética.
La noche concluye tenia y usual; aguardando lo que nunca va a llegar, desvirtuándose en quien nunca fue, por culpa de quien nunca existió. Una pareja ideal.

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